Siente la hiel.

Confía, siéntete libre de acumular ilusiones en tu cuerpo vacío de humanidad. No te imaginas lo que duele la soledad, y para cuando te des cuenta de que no puedes sentir solo, será demasiado tarde. Tu conciencia ha decidido abandonarte, ha preferido huir a mantenerse dentro de ese lugar al que llamas mente. Estás en llamas. Tu vida, tu ira y tus ideas se consumen al tiempo que respiras. Te has equivocado de mundo, pequeño despojo, ni siquiera eres digno del limbo. ¿Por qué no te evaporas, te esfumas entre la niebla y libras las calles de tu puta presencia? ¿Tanto te cuesta entender que no existes? Eres un trofeo para la inmundicia, no eres nada. 

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