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Mostrando entradas de julio, 2012

La mujer laberinto

Imagen
Ella es pared, muro y aroma. Te sumerges. Derecha, sigue, duele, para, retrocede, te has perdido. Izquierda, muro, gira, déjà vu, derecha, duele, para, respira, muro. Misterio; ella y laberinto. Sinónimos. Haberte enamorado de ella es peor que luchar contra el Minotauro; en el laberinto de su cuerpo te encuentras a solas con su imagen que lo ocupa todo y te golpean los misticismos inventados sobre su cintura. Te vuelves papel pintado sobre sus muros y no existe hilo de oro que te ayude a salir y te quedas ahí, atrapada, muerta en vida, sabiendo que ya has desaparecido, que las paredes son de aire y sólo te retiene la nostalgia de su olor y, aunque quieres, no sabes ya existir sino es por ella.

Carlota

Carlota es una niña de cuento de hadas. Carlota no es protagonista, no es tampoco la pequeña princesa de su casa a la que el rey, de barba y calva corona, le lee historietas en una cama de sábanas rosas antes de dormir. Carlota es niña de cuento porque no existe, nunca ha sido real y jamás la verás por la calle porque las niñas como ella se esconden de las miradas ajenas, de las compasiones ajenas. Ella es de las otras, las que no juegan a ser princesas porque saben ya que los sueños son juguetes tontos para quien se los puede permitir y lastre para quien como ella, no tiene tiempo ni ganas ya de soñar.