Cállate, puta.
Es curioso lo que se siente cuando alguien te manda callar. Es curioso porque significa que a esa persona ya no sólo es que le importe una real mierda lo que tengas que decir, sino que tampoco le importa lo que puedas sentir ya que mandarte callar es tanto como decir que tus palabras no valen nada, que no merecen ser escuchadas o no son dignas de atención, y por ende tú tampoco. Que alguien te mande callar es distinto a pedir silencio; pedir silencio indica que lo que estás diciendo, ya sea por contexto o contenido, no es adecuado; sin embargo, cuando alguien te manda callar te está ordenando algo, luego se posiciona por encima de ti y deja clara su supremacía ya que su voluntad es más importante que tu derecho a expresarte. Por supuesto, tú tienes la decisión de callarte o no, pero en el caso de que continúes hablando, es más que probable que la persona que ha dado la orden de silenciarte ignore por completo tus palabras o se enerve por tu desobediencia. Lo mejor de que alguien te