Como dato.

Hay días en los que sueño tu cuerpo, es algo inevitable. Recorro en mi mente cada uno de tus rincones, los memorizo y me aprendo sus trampas. Aspiro tu perfume inventado y me paro sobre tu boca; quiero observarte, conocer cada uno de tus movimientos, grabar en mi mente tus sonidos y rescatarlos cuando no estés conmigo para así tenerte cerca. Misticismos inventados sobre tu cintura, deslizando mis dedos por tu perfil de diosa me deshago sobre tu espalda y beso tu nuca hasta erizarte la piel. Me pierde tu olor y las ganas de estar contigo. 

Bendita divinidad la tuya. 

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