Duermevela

A veces me pregunto por qué no sueño, por qué no lo recuerdo si es que lo hago, pero luego, un día sueño y recuerdo porqué el monstruo de mi nuca se come los sueños que pretenden entrar en mi cabeza cuando ya he bajado la guardia. 
Los sueños ilusionan, te dan falsas esperanzas, te llenan de deseos imposibles. No sueño, pero cuando lo hago preferiría no haberlo hecho. Frustración vacía que tan solo lleva a la locura y a la devastación. 

Doy gracias a que mi subconsciente va siempre por delante de mi anhelo consciente por soñar; ahora me doy cuenta y bendigo a mi mente por hasta en su vigilia ser racional y evitarme la desesperación de darme de golpes contra un muro de imposibilidades. 
Diario de golondrina sí, pero sabiendo que nunca podré volar. 

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