20.30

Anoche fui muerte y él lo sabía; lo supo en cuanto le miré. Vio como su destino pasaba frente a mis ojos mientras decidía si habría de acabar el día con la cabeza sobre los hombros. No quise entretenerme; llegaba tarde y él huyó.
A veces la compasión no es más que mero egoismo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Polvo

En serie.

Llegó tu venganza