Es la hora.

Ocúltate tras las sombras cachorro, deja descansar tu cuerpo y arranca la luna de su noche tibia. Atraviesa la oscuridad y corre, no dejes que te alcance el miedo. Aulla tus frustraciones y muerde, destroza la ira que recorre tu espalda y cierra los ojos para esconderte del vacío.
Estás solo cachorro, nadie calentará nunca tu lomo ni acariciará tu piel; nunca correrás en manada, ya no habrá más lunas para ti. Olvídate del mundo cachorro; estás solo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Polvo

En serie.

Llegó tu venganza